Fimmvorduhals Islandia es un artículo de Jordi Pujolà, escritor español en Reykjavik.
Y con el apoyo de Icelandic Mountain Guides. 15 % de descuento en las excursiones código JORDI2021.
Para empezar, mira todo lo que puedes hacer en Islandia. Te sorprenderá.
Las montañas son algo característico de Islandia. Hay montañas por todas partes y, además, todas tienen nombres.
No obstante, lo más sorprendente es que los islandeses siempre los recuerdan.
Asimismo, en la montaña todos somos amigos bajo la única bandera de Islandia.
Excursión a Fimmvorduhals Islandia
En resumen, este artículo contiene:
- Mi crónica.
- descripción de la excursión.
- fotografías y videos.
Hay otros países como España con zonas montañosas y bellos paisajes.
Sin embargo, lo que distingue a Islandia es que el 70% de la isla es inhabitable y hay muy pocas ciudades.
Por consiguiente, aquí no manda el hombre, sino la naturaleza.
Olvidaos de los teléfonos móviles, la televisión y todo lo que nos mantiene distraídos de lo aventura. ¡La mayoría de albergues no tiene electricidad!
Fimmvorduhals Islandia, descripción de la excursión
A modo de introducción, Fimmvörðuháls es la ruta de senderismo más famosa de Islandia. No me olvido de Laugavegur, porque puede considerarse una extensión de esta.
Fimmvorduhals Islandia recorre 22 km en 2 días y se asciende a unos 1000m. En consecuencia, es factible ver nieve en agosto. Y en ocasiones especiales, auroras boreales.
- Primera parte, ascenso a Fimmvorduhals Islandia.
- Segunda parte, descenso a Skógar (siguiente artículo).
Bien, por fin estamos en los venerados Highlands (zonas altas interiores).
Nivel de dificultad subida a Fimmvorduhals Islandia
En primer lugar, el nivel de la caminata a Fimmvörðuháls Islandia es desafiante. En otras palabras, se requiere buena salud y piernas habituadas a caminar.
Cuando ves que nadie dice nada, que todo el mundo está concentrado en poner un pie delante del otro, disfrutas del silencio.
Y especialmente tienes tiempo de meditar, de estar contigo mismo. Te aseguro que vuelves a la civilización como nuevo.
Sin embargo, a quien le parezca esta excursión difícil, que mire la foto abajo.
Hubo un hombre que la hizo en bicicleta y, en la subida, tuvo que cargar con ella.
Ante todo, recomiendo hacer esta excursión por Islandia con guías profesionales de Mountain Guides.
Crónica en el autocar desde Reykjavik
Finales de agosto y fin de temporada. El autocar sale con retraso exprofeso de la estación BSI por si sube algún pasajero más. El autobusero mira hacia atrás y al verme solo a mí, suelta un suspiro de resignación y arranca.
Supongo que a final del verano, va poca gente a las montañas. Al subir le he preguntado si ponía la mochila en el maletero y ha dicho que no, que hay espacio de sobras.
Vamos en un minibus nuevo y confortable. Tiene bandeja, luz y hasta USB para cargar el móvil.
A las 8,10 de la mañana ya empieza a hacer fresco y yo voy con la chaqueta puesta. En los techos de los coches se ven puntos brillantes y, en algunas zonas, la superficie del césped está ligeramente helada.
Así pues, vamos los dos mano a mano, pero cada cual a lo suyo. Cuando llegan las noticias, el conductor sube la radio, y yo leo y tomo notas.
Al salir de Reykjavik, dirección sur, ya se ven prados verdes, granjas, tubos que transportan agua caliente y caballos.
Por suerte hacemos una parada en Selfoss, me estaba meando. Veo al regresar que se han subido al bus una pareja de islandeses, sentados al fondo. Yo voy justo pegado al asiento del conductor. Me imagino que si es un poco escrupuloso, este detalle no le gustará demasiado. Con todos los asientos libres y justo voy a ponerle el aliento en la nuca.
Un autocar cruza-ríos en el Lava Center
La siguiente parada es en Hvolsvöllur. Aquí cambiaremos de autocar en media hora. Por cierto, el Lava Center está desierto.
Merodeo un poco por la sala de monitores. Luego compro café y un bocadillo con beicon y huevo duro para llevar. Lo bueno de las caminatas es que puedes comer lo que quieras porque todo se quema.
Subo al bus cruza-ríos con mi mochila. Ha entrado un pasajero extra, un turista oriental. Aunque parezca absurdo, me preocupo por los beneficios de la compañía de autobuses Reykjavik Excursions. Si todos los días son así, se van a la quiebra como la aerolínea WOW.
De nuevo en ruta hacia Fimmvorduháls Islandia
Dejo a posta que el café amargo perdure en el fondo de mi paladar. Mientras tanto, el paisaje del sur me fascina. A los caballos se suman ovejas y bandadas de pájaros que vienen del mar. Y luego están los volcanes, las nubes que bajan a toda velocidad de las montañas y esas barracas de hierro arrugado con forma semicircular que usan los granjeros y le dan un toque especial a los prados iridiscentes.
En definitiva, la salida del sol y estos detalles me suben el ánimo. Estaba un poco nervioso porque he salido tarde de casa, había tráfico y pensaba que perdería el autobús.
¿Poca agua en Islandia?
No obstante, luego veo con pesar los ríos secos y las cercas (réttir) donde clasifican a las ovejas antes de enviarlas al matadero y me deprimo un poco. No lo puedo evitar. Vaya vida. ¿Por qué siempre hay que sacrificar a alguien para que otros disfruten del banquete?
No obstante, la vida es así. Yo no soy vegetariano ni vegano ni nada parecido, aunque me gustan mucho los animales y la naturaleza. ¡Por eso vivo en Islandia!
Turistas atrapados en el río
Sin embargo, al torcer por la Cta. 249 y dejar la Ring Road y la catarata Seljalandsfoss atrás, al llegar a la llanura negra donde serpentea el río glaciar Krossá, las cosas se complican.
Para empezar, la carretera se convierte en F-249. Me sorprende que a pesar de las señales avisando y prohibiendo cruzar el río con vehículos no apropiados, los turistas continúen haciéndolo.
Primero, es cierto que pasamos unos riachuelos sin importancia, ya he dicho que este verano ha llovido poco. Pero otra cosa son los afluentes del Krossá cercanos al glaciar cuyas aguas café con leche bajan cargadas de piedras y ceniza.
Yo ya hacía rato que había dejado el libro en la mochila. Soy un chafardero y no quería perderme el mínimo detalle. Veo que el autobusero pulsa el freno y niega con la cabeza. En el río hay un Suzuki Vitara tratando de echar marcha atrás.
Luego, el guía de una Mercedes Sprinter 4×4 trata de ayudar a las tres turistas alemanas.
Nuestro conductor también se baja (y yo también) y entre todos lo ponen de nuevo en la orilla. Sin embargo, abren el capó y miran el motor con preocupación. Por consiguiente, algo se ha dañado. Huelga decir que ningún seguro cubre daños por agua. A quién se le ocurre.
Nuestro experimentado conductor aprovecha para tapar el tubo de escape del autocar y conectar la marcha reductora.
Reunión con la expedición de Landmannalaugar
Finalmente Llegamos a Þórsmörk sobre el mediodía y me uno a la expedición de Icelandic Mountain Guides que venía de Landmannalaugar.
Se les ve cansados, pero ya se han recuperado tomando unas cervezas en el bar del Volcano Huts.
Primero, almuerzo, luego visita al camping.
Después, vamos a caminar por la zona.
Las vistas son impresionantes. En consecuencia, querrías parar a cada momento.
La cueva del ladrón Snórri en Þórsmörk
Más tarde visitamos la cueva de Snórri. Un ladrón prófugo que subsistió muchos meses en esta cueva. Lanzó su última pata de cordero a sus perseguidores para que pensaran que tenía provisiones de sobra. Y funcionó.
Para finalizar, pasamos la noche en uno de los albergues de Þórsmörk, en Langidalur.
En verano, se puede comer fuera, disfrutar de las vistas y pasear.
El valle de Þórsmörk en Islandia
En primer lugar, se parte de una zona paradisíaca: El valle de Þórsmörk. Os encantará.
De hecho, Þórsmörk (La marca de Þór) es una de mis zonas favoritas en Islandia.
En verano, que es cuando se hace la caminata, las montañas son verdes debido al musgo y los líquenes.
El efecto combinado con la roca volcánica y erosionada durante siglos por el hielo y el viento les da un toque fantástico.
Aunque no hay muchos árboles, es una tierra fértil donde llueve bastante y abunda la vegetación.
Yo siempre aprovecho a oler la fragancia de las flores y comerme los frutos del bosque que voy encontrando.
En segundo lugar, también pueden encontrarse setas. De hecho, estas las cocinamos por la noche con ajitos. Espero que no se enfadara Papá Pitufo.
Pero cuidado, estas otras son venenosas. Parecen sapos, ¿no? Y la textura es viscosa.
Goðaland, la tierra de los dioses
Al día siguiente, dejamos Þórsmörk. Nos adentramos en el campo de ceniza surcado por el río Krossá.
El paisaje es lunar debido a los guijarros de piedra negra y las tenebrosas montañas que lo rodean. En invierno son blancas y negras. Menudo contraste.
A lo lejos, destella la nieve del glaciar y la niebla se espesa en las laderas.
La corriente del río pone la banda sonora (junto a los pájaros) y el agua forma espuma en las zonas más caudalosas. Cruzamos por el pequeño puente que nos adentra en los mágicos parajes de Goðaland, la morada de los dioses.
El albergue Básar Islandia
A continuación, encontramos el camping de Básar.
También muy bien situado.
Y los muy apreciados todoterrenos con escape protegido contra el agua.
Las crestas de Kattarhryggir
Luego, continuamos el ascenso hacia el paso de Fimmvörðuháls Islandia, caminando junto a las crestas de Kattarhryggir, con vistas a la impresionante montaña Útigönguhöfði y hasta la meseta de Morinsheið.
Los tentáculos negros del río Krossá quedan atrás
Echo la mirada atrás y ahora, desde las alturas, la explanada negra del río Krossá y sus afluentes parece una madeja de venas y capilares que se dispersan de forma caótica.
Respiro hondo el aire puro que llega de los picos blancos y me digo: Impresionante.
Paso entre glaciares
En tercer lugar, otro de los atractivos de la ruta es que el puerto de montaña Fimmvörðuháls pasa entre dos glaciares.
A la izquierda queda el mencionado Eyjafjajökull y a la derecha Mýrdalsjökull.
Hay un momento que se pueden ver ambos, antes de cruzar un desierto de piedras.
Yo casi me pongo a llorar de la emoción.
El estrecho puerto de montaña Fimmvorduhals Islandia
La primera fase, un interesante estrecho con rocas, puedes ayudarte de una cuerda.
Segunda fase, requiere algunos preparativos.
Nieve en Fimmvorduhals Islandia
Y ahora es el momento de cruzar por el puerto de montaña. Parece la columna vertebral de un dinosaurio.
Y por supuesto, se conserva nieve con formas fantasmales en las laderas.
En resumen, las fotos del mundo no pueden transmitir el choque emocional en las alturas. Es como cuando vas en un barco y salta una ballena enorme al lado tuyo. O vas por una carretera de los fiordos del este y baja una manada de renos con sus ojos amarillos.
Viento en Fimmvorduhals
No obstante, el viento sigue rugiendo como si nos recordara estáis en mi territorio.
Por supuesto, este tramo es el más especial.
A pesar de todo, en la cima nos espera la recompensa.
Desierto de piedras en Fimmvorduhals Islandia
A continuación, un desolador desierto de piedras por delante. Baja la temperatura en picado y yo no para de comer chocolatinas, bocadillos, etc. El cuerpo te lo pide. Lo que va muy bien es ese tubito que sale de la mochila para beber agua.
En definitiva, esto es lo que nos espera por delante. Aunque sea, es bajada y descansan las piernas.
Volcanes de Fimmvorduhals Islandia
Finalmente nos dirigímos a los campos de lava recientes. De hecho, algunas fisuras siguen abiertas.
En resumen, un mes antes de la erupción de Eyjafjallajökull (abril 2010), se produjeron varias erupciones en Fimmvorduhals Islandia.
Abajo hay un lago helado que pronto desaparecerá por el cambio climático.
Debajo, entre fisuras y grietas, todavía hay actividad volcánica. Casi la notas bajo los pies. ¿Miedo? No, nada de eso. Solo adrenalina pura.
La nueva lava fue bautizada Goðahraun (lava de los dioses). Y podía observarse sin demasiado peligro porque avanzaba lentamente dada su composición basáltica.
Desde entonces, la ruta de Fimmvörðuháls se ha convertido en una gran atracción turística en Islandia.
Las nuevas montañas rojas tras la erupción
También puede verse los dos famosos cráteres rojos Magni y Móði que se formaron en dichas erupciones del 2010.
Asimismo, las nubes avanzaban lentamente, nos mojaban un poco y se quedaban sobre las montañas varadas.
Arenas movedizas con ceniza
Y finalmente iniciamos el ascenso al albergue de Fimmvorduhals, el más alto de todos.
La arena tiene una gruesa capa de ceniza que le da el aspecto de desierto negro.
Cuando metes el pie en zona cenagosa, por un momento te asustas, piensas que te vas a hundir.
En consecuencia, hay que seguir las indicaciones del guía.
Albergue de Fimmvorduhals Islandia
Finalmente llegamos con las piernas cansadas y las botas negras.
Este albergue es el que está a mayor altitud. Aquí no llega ningún vehículos. Todo se carga en las mochilas. No obstante, Mountain Guides tiene guardados sacos y alimentos.
El albergue es rudimentario, de madera y dispone de una sola estancia con literas. En plena temporada, puede que tengas que compartir cama con un extraño.
Es propiedad de la asociación de montañeros de Islandia. No hay agua corriente y se come alimentos preparados como sopas, fideos, etc. Pero sí tiene calefacción. Al marcharte, tienes que llevarte tu propia basura.
A pesar de todo, es acogedor. No obstante, cenar aquí sopa de tomate bajo el candor de las velas, echar una partida de cartas y ver que empieza a nevar a finales de agosto no tiene precio.
Ah, recomiendo llevarse tapones para los oídos. Hay gente que ronca como una marmota.
En resumen, hemos recorrido 14 km (3-6 mi) y la caminata ha durado 6 horas.
Al día siguiente, amaneceremos rodeados de nieve. Sin embargo, eso y la bajada a la impresionante catarata de Skógafoss lo leeréis en el próximo artículo. Por favor, si te ha gustado, comparte.
Para finalizar, preguntas frecuentes sobre Islandia.
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