Frailecillos Islandia fin del mundo. Fiordos del Este 2/5 es la segunda etapa de la caminata por esta zona.
¿Quieres ver frailecillos en Islandia?
Para empezar, conozco una reserva de frailecillos que nunca falla.
Frailecillos Islandia Caminata en el fin del mundo
Este artículo de frailecillos Islandia empieza en la etapa número uno: caminata por el valle de Stóruð y la montaña puerta Dyrfjóll. Sigue la aventura desde el principio.
Martes 20 de julio de 2017, en los fiordos del este no cae el sol. Me levanto a las cinco de la mañana, al lavabo, y miro por la ventana. Las aguas del fiordo de Borgarfjordur Eystri están tranquilas, si bien, el sol parece una bola de fuego en el horizonte. Me quedo un rato hipnotizado. Los colores de los muebles antiguos de la casa toman color anaranjado.
Por cierto, mira el itinerario de la caminata del fin del mundo en este enlace.
Los frailecillos Islandia de Borgarfjordur Eystri
La primera excursión de la mañana, tras desayunar en el albergue —que es la casa privada de nuestro conductor— y preparar los bocadillos para la caminata, era la visita a los puffins o frailecillos Islandia.
Estábamos muy emocionados porque estos animales, que parecen pingüinos, vuelan, tienen mucho carisma y son típicos de Islandia. Normalmente la expectativas muy altas acaban en decepción; no obstante, en este caso fue todo lo contrario.
Al respecto, nunca los había visto de tan cerca (excepto la mascota del acuario de Vestmannaeyjan que se pasea libremente por la sala principal) y tan tranquilos ante la presencia humana.
Luego, el conductor nos llevó al extremo del fiordo de Bakkagerdi.
Por el camino, desde la ventana del minibus, vimos ballenas saltando. Supongo que de alegría porque hacía un tiempo fantástico. Y no hay mejor sitio, para pasar las vacaciones, que Islandia si hace sol. Yo siempre doy las gracias al cielo. Es algo que cuando vives en España no valoras.
Las mejores horas para ver frailecillos son las primeras de la mañana o al anochecer.
Lo mejor de Borgarfjordur
Después, dimos una vuelta por el pueblo:
- En primer lugar, la roca donde vive las reina de los elfos. Intentaron derribarla para construir la iglesia y todas las máquinas y taladros se estropearon; los trabajadores se ponían enfermos y el tiempo era glacial y ventoso. Finalmente, los islandeses comprendieron el mensaje y buscaron otro emplazamiento.
- En segundo lugar, la iglesia: este es el pueblo del famoso pintor Kjarval que pasó muchos veranos pintando los colores ácidos de las montañas que vamos a caminar (de formación riolítica). Sobre el altar hay un cuadro original. No os lo perdáis.
- En tercer lugar, también está la casa con tejado de césped de la abuela de Emilian Torrini, la cantante.
- En cuarto lugar, la cabaña dedicada a Kjarval. Se puede entrar y está bien conservada.
El bacalao como fuente de riqueza
Por cierto, ¿habéis visto un secadero de cabezas de bacalao? Por fin averigüé para qué las usan. Las envían a Nigeria como pasta de pescado. La verdad, me quedo con el Lysi.
El camping
Este camping es fantástico y ¡esta vacío en temporada alta! El este de Islandia está casi sin explotar. Es una maravilla.
La segunda caminata Fiordos Este
El comienzo de la mañana fue relajada. Sin embargo, la caminata que nos esperaba fue dura. Subimos una escarpada montaña con escasa vegetación. Había cantos rodados por todas partes. El viento soplaba en contra. Y, en la cima, los kría (charranes árticos), unas fascinantes golondrinas que recorren miles de kilómetros cada año, nos recibieron con terribles trinos, trazando círculos sobre nuestras cabezas.
El segundo albergue se encuentra junto al mar. Empezamos el descenso con la vista de Hvítfjáll, la montaña blanca, que parece echa de arena del desierto, y la bahía de Breidavik (Breiðavík).
El viento y la amenaza de las aves (mira el post de la isla de Flatey para saber más) arreciaron, pero fue divertido. En esta etapa recorrimos unos 14 km, en unas 7 horas, y alcanzamos una altitud máxima de 400m.
Y también tengo página de Facebook el Sueño de Islandia. Pulsa like y estarás al corriente de todo (mira el vídeo).
Finalmente, dejamos las mochilas en el albergue, una preciosidad de madera, y fuimos a la playa de arena negra.
Esta caminata ofrece diferentes rutas que pueden elegirse según la climatología. A destacar, como alternativas, la bahía de Kjólsvik y el valle de Súluskard.
Frailecillos Islandia, en el albergue de Breidavik
Por la noche, calló la niebla. Por la ventana, se escuchaba el viento. Una pareja de alemanes, que había acampado fuera, tuvo que dormir dentro. Estoy seguro de que la tienda hubiera acabado en Honolulu.
En definitiva, la cena fue deliciosa. Nuestra guía, además de guiarnos a la perfección entre las montañas, es una cheff de cinco tenedores. Así pues, comimos la típica sopa de cordero y verduras islandesa.
Luego, jugamos a las cartas, bebimos unas cervezas y dormimos satisfechos.
El día fue de lo más completo. Soñé con frailecillos y ballenas.
Los Frailecillos Islandia es otro artículo del escritor español Jordi Pujolá.
¿Quieres leer mis novelas para familiarizarte con Islandia?
Y no te pierdas las tercera etapa del viaje con nuevo vídeo y nuevas aventuras.
Para finalizar, preguntas frecuentes Islandia.
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